El autismo es un trastorno neurológico que parte de un grupo conocido como Trastornos del Espectro Autista (TEA), lo que significa que éste se manifiesta por sí mismo en diferentes formas.

Habitualmente son los padres los primeros en notar los comportamientos inusuales en los niños, ya que el autismo aparece en la infancia. Si bien los síntomas no pueden generalizarse, las personas con autismo suelen tener síntomas o dificultades en alguna de estas tres áreas:

Interacción Social: menos contacto visual, uso de expresiones faciales o gestos, dificultad en comprender los sentimientos y emociones de otros, en jugar con niños de la misma edad, en hacer amigos y mantener los mismos amigos, en compartir los mismos intereses con otras personas.

Lenguaje usado como comunicación social: falta de expresión con palabras, lentitud en aprender palabras, dicción inusual (repite cosas, los sonidos de las palabras son inusuales), dificultad en tener conversaciones, realiza menos juegos simbólicos, de imitación o de pretender ser.

Intereses o Comportamiento repetitivo: repetición de actividades o movimientos (arrullarse, dar vueltas, aplaudir), intereses fuertes fuera de lo común y limitados (habla mucho del mismo tema o juega siempre con el mismo juguete, sabe mucha información acerca de un tema), juega con partes del juguete en lugar del juguete entero (por ej.: da vueltas a las ruedas de un autito de juguete).

Aunque actualmente no existen tratamientos que curen la enfermedad, una intervención temprana con tratamientos enfocados en el desarrollo de habilidades de comunicación, socialización y cognoscitivas, puede tener mejoras significativas para muchos niños.

¿Por qué un Día Mundial?

El 2 de abril se celebra el Día de la Concientización sobre el Autismo para recordar la necesidad de promover, proteger y asegurar la dignidad e inclusión, rompiendo con todas las barreras y la discriminación con la que se enfrentan las personas con autismo.

Este año, la ONU propuso el lema “Hacia la autonomía y la autodeterminación”, para reivindicar los derechos de las personas con autismo a tomar decisiones sobre su vida de acuerdo con sus propios deseos y preferencias, en igualdad de condiciones con las demás personas en todos los aspectos de la vida.

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